jueves, 14 de julio de 2011

El rastro de Cthulhu: jugador

Hoy he jugado mi primera partida al Rastro de Cthulhu, además como jugador.
Lo atractivo de este juego es que supone un sistema altamente narrativo, con pocas tiradas de dados y una mecánica extremadamente sencilla (sólo se utiliza un dado de seis caras. UN DADO DE SEIS CARAS!!!). La partida era un módulo introductorio, del que habrá spoilers; no recuerdo el título, algo del Pacífico.
Nos hemos despertado en la playa de una isla un sacerdote, un parapsicólogo y un detective privado. Íbamos de camino a Shanghai cuando nuestro barco naufragó en medio de una repentina y terrible tormenta, aunque mi personaje notó como si algo golpeara el barco (quizá una gran piedra, pensó). El parapsicólogo juraba haber visto unos tentáculos, pero debió de ser la confusión y la violencia de las olas.
Tras las presentaciones iniciales y la toma de contacto con el entorno (bastante dura), comenzamos a aprovisionarnos. Todo parecía... raro. Había especies de animales muy extrañas, con huesos y órganos mal colocados, cambios repentinos de paisaje y extrañas huellas. Y de pronto sufrimos el primer ataque.
El parapsicólogo está convencido de que hay algo sobrenatural en la isla, y el sacerdote piensa que Dios nos ha elegido para limpiar el mundo de herejía y ponzoña. "Genial", me digo mientras hecho mano del revólver. Me empiezan a dar mala espina, pero de repente una criatura invisible me hizo cambiar de opinión. Gracias al fuego pudimos ver su reflejo y acabar con ella, no sin antes recibir serias heridas. Lo peor era la visión de la criatura: un ser humano desollado y deforme, grotesco y repugnante. Mi personaje intenta encontrar una explicación lógica, aunque cada vez es más difícil. Mis compañeros no tienen dudas; o es la Gracia del señor o es un ente paranormal.
La culpa de todo es de un libro, un terrible y oscuro libro, que al final logramos quemar. Un barco pesquero recibió nuestra señal de radio y nos recogió, y en el viaje pensé cómo encajar lo que había visto en esa isla. De entre todos los extraños nombres recordaba uno especialmente raro: "Cthulhu".

Me ha gustado el juego, aunque ha habido más tiradas de las que esperaba y como partida introductoria me ha parecido bastante difícil y "reveladora". Según vayamos avanzando veré cómo acaba esto.
En otra ocasión contaré cómo escapé de Innsmouth, en La llamada de Cthulhu. Fue una gran aventura.

3 comentarios:

  1. No podias esperar verdad..., jajaja. Un gran juego si señor, pero tenemos que hacer que el master se ponga internet y te lea el post, quiza aprenda algo y se de por aludido en alguna cosa. Me mola mucho como lo escribes y es interesante ver tus opiniones

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  2. Así lo tenía fresco y no se me olvidaba nada... aunque es difícil de olvidar!
    Sí, debería tener internet, pero porque es básico para la vida civilizada. El muy perro es una reliquia tecnológica.

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  3. ¡Me encanta el Rasto de Cthulhu! tengo además todos los módulos oficiales publicados (y algunos no oficiales), así que este verano organizamos cualquier tarde una partida.

    Lo de Innsmouth me suena, je, je. Una partida que salió realmente bien, cierto.

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