domingo, 10 de julio de 2011

Tipos de jugadores, tipos de partidas

Afortunadamente, el mundo del rol ha crecido mucho desde su concepción allá por Dungeons & Dragons. El que fuera el primer juego de rol (y si me equivoco me da igual) se inspiraba totalmente en los clichés de fantasía épica, cosa que no está mal (a todos nos gusta la estética medieval, los monstruos y dar espadazos). Pero hay una cosa que se tendía a dejar de lado, o al menos no recibía tanta importancia en el reglamento: la interpretación.
Antes de entrar en un Tratado sobre la interpretación encarrilaré el post. Básicamente, hay juegos que favorecen la interpretación y juegos que favorecen el combate. Antes de ponerte a crear una épica y fantabulosa crónica deberías tener en cuenta un par de cosas: qué te apetece como máster y qué les apetece a tus jugadores. Es extremadamente frustrante maquinar una crónica política para que tus jugadores se dediquen a colocar explosivos caseros en tiendas de cachorros.
Idealmente tienes que hablar con tus jugadores sobre qué tipo de juego les apetece, si dispones de varios juegos de rol. Si acabas de adquirir tu flamante reglamento y no hay opciones, tienes que hablar sobre el tipo de partida que les interesa. Aquí entra tu flexibilidad como máster y tu adaptación al cambio, porque, desgraciadamente, si a los jugadores sólo les interesa pegar tiros cambiarlo es imposible.
Sin duda, lo peor es que haya jugadores de ambos tipos. He estado en crónicas en las que un jugador se recostaba en el sillón y se quedaba callado durante una hora hasta que daba un respingo cuando había que tirar dados. Lo normal es que abandone la partida, pero no estamos aquí para echar a la gente, sino para divertirnos. Así que si te topas con un plantel de jugadores que buscan sólo acción y sólo interretación, estás jodido. En el futuro escribiré un post sobre cómo sobrellevo yo estas situaciones.
Si tus jugadores son de los que quieren interpretar, enhorabuena. Tienes un tesoro que debes cuidar como si del Arca de la alianza se tratase. Sólo tienen un pequeño problema: algunos se sienten increíblemente interesantes y quieren que te sepas hasta la última frase de su historia. Pero es algo fácil de esquivar.
Y quedan los combatientes. Digamos que tengo... ciertos prejuicios contra este grupo, directamente extraídos de mi historia como máster. Pueden ser un grupo interesante, claro. Pero cuando la única motivación es ganar puntos de experiencia me rechina. Sin embargo, hay juegos directamente orientados al combate (D&D, Deathwatch, Anima) que no tienen por qué ser aburridos. Sin ir más lejos estoy llevando una partida de Deathwatch y me está encantando, aunque los jugadores no son meros marines de cartón que sólo dan espadazos. Resumiendo: si no te importa dirigir una partida en la que por cada minuto de escenario vas a pasar una hora tirando dados, adelante.
Así que tened cuidado a la hora de elegir juego y tipo de partida. El rol sirve para divertirse, y si esto falla es mejor echarse un Call of Duty o leer un buen libro.

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