Llevo una partida de Rogue Trader desde antes de diciembre, prácticamente. El grupo en el que la llevo era nuevo para mí (al menos en su faceta de jugadores, y en su mayoría numérica) y no estaba preparado para lo que se avecinaba.
Tras una serie de catástrofes me amoldé y la cosa empezó a tirar.
En la partida de hoy he preferido usar temas de miedo y desconfianza entre la tripulación. He dejado de lado combates y politiqueos y me he centrado en una serie de viajes en los que transportaban una extrañísima carga de parte de la Inquisición. La caja ha dado más de un problema y los jugadores han tenido más de un asunto con ella, aunque ni siquiera han podido entrar en el hangar donde descansaba (afortunadamente para ellos). Una vez hecho el encargo todo parece normal, excepto por algún que otro malentendido con respecto a los canales de voz y a ruidos esporádicos. Pero en fin, esas cosas pasan cuando viajas por la disformidad...
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