miércoles, 7 de diciembre de 2011

Número de jugadores

Últimamente me he encontrado ante un problema que cada vez me quita más sueño. Estoy dirigiendo una partida de Vampiro: La Mascarada con 5 jugadores, y se me está haciendo horriblemente complicada.
No es la primera vez que juego con un número alto de jugadores. He llevado Rogue Trader y Deathwatch hasta con 6 jugadores, y las cosas iban bastante fluidas. Pero con Vampiro es infernal.
Seguramente es por mi estilo de juego. Siempre he pensado que Vampiro es un juego personal, y por tanto doy mucha importancia a las metas y tribulaciones de los personajes por separado. La idea de las cuadrillas está bien en el papel, pero es difícil que funcione en una crónica con tintes subjetivos. Así que me tiro 15 minutos con cada personaje mientras el resto espera, y no mola. De vez en cuando consigo que se junten para algún asunto, y aún así suelen ir en dos grupos. Pero la culpa no es de ellos, en absoluto. En todo caso es mía, o de mi forma de jugar.
Lo cierto es que no se me están quejando, dicen que la partida les está gustando. Pero la falta general de fluidez acabará pesando y ellos, o probablemente yo, desistirán tarde o temprano. Probablemente yo.
¿Y cómo llevaba tan bien las partidas de otros juegos con tanta gente? Fácil, haciendo memoria recuerdo que el Adepto del Mechanicus de vez en cuando se escaqueaba para informar a su gente, el Rogue Trader tenía sus reuniones importantes y el Astrópata le daba a las drogas en solitario. Pero funcionaban como grupo, de hecho el juego está enfocado en que funcionen como grupo. Y eran partidas muy divertidas, os lo aseguro.
Así que, antes de poneros a masterizar, tened en cuenta el número ideal de jugadores. Para tramas y politiqueos, creo que 3 ó 4 es lo ideal. Para aventuras épicas, de 4 en adelante (si no el grupo se resiente y necesitan NPC).
¿Qué me decís? ¿Cómo son vuestras partidas con grupos amplios?

2 comentarios:

  1. A mí me pasó en una de vampiro también, con 5 jugadores. Duró muy pocas sesiones y le di un final muy rápido que no acabó de gustar. Era totalmente caótico, la alimentación de cada uno duraba demasiado, no se ponían de acuerdo y ocurría como bien dices, si se separaban había demasiados momentos eternos donde la gente no jugaba, lo cual conlleva desinterés al final con la terrible pregunta de ''¿qué estábamos haciendo entonces?''.

    Vampiro para 3 personas sin contar el máster, lo ideal para mí.

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  2. Bueno, me alegra saber entonces que no es sólo cosa mía! Desde luego por ahora mi "partida ejemplar" de Vampiro es la épica de Sarsotti, Kibele y por supuesto Dómino. Tres personajes radicalmente distintos pero que pudieron funcionar de puta madre. Ay, qué tiempos...

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